Para engañar a la población son capaces de realizar maniobras increíbles y burdas, entre las últimas se incluye la censura a los principales periodistas.
La semana que terminó se vio plagada de actos de violencia.
Las carreteras del país son una verdadera trampa para viajeros y transportistas. Muchos de los asaltos solo se pueden entender con la participación de las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
Todo mundo sabe sobre los atracos en las Cumbres de Maltrata e igual se preguntan por qué la autoridad no es capaz de frenarlos.
La México–Querétaro, en el tramo que cruza por los estados de México e Hidalgo, es zona de peligro para el transporte de carga; los criminales saben cuál es la víctima que les dará los mejores dividendos; pareciera que desde el sector aduanero les pasan información.
En Nuevo León, muy cerca de donde algún día podría instalarse la planta Tesla, son comunes los asaltos y en días pasados los camioneros quedaron en medio de un fuego cruzado.
Guerrero es un estado fallido, como en los países en conflicto, las bandas armadas ocupan territorios y los administran, utilizan drones, carros artillados, armas que usan los ejércitos e incluso tienen su propio sistema hacendario y de justicia.
Los combativos clanes de Morena en ese estado arremeten contra otras fuerzas políticas, pero con su inacción y silencio son cómplices de lo que allí sucede en materia de narcotráfico.
En Michoacán la delincuencia controla la vida política, económica y social de muchos municipios, incluso ofrece los servicios de internet en varias regiones. Jalisco no se queda atrás en la pérdida del Estado de Derecho, varias localidades se convierten en pueblos fantasmas y los homicidios se dan a plena luz del día y en los lugares más concurridos.
El recuento de incidentes es interminable. Como interminable es la capacidad del régimen para evadir su responsabilidad.
Distraer es parte de la consigna y para ello hay de todo, igual un exministro de la Corte que hace malabares para justificar lo imposible, que un redactor de telenovelas que con voz monótona nos trata de convencer de la viabilidad de los más increíbles disparates. El infierno existe y lo viven millones de mexicanos que se enfrentan solos al crimen.